Gracias infinitas
¿Gracias infinitas? 🙂 ¿Cómo que gracias infinitas?
Pues si, hoy justamente he estado pensando que no damos las gracias lo suficiente o… mejor dicho, no hay gracias suficientes cada día. Pensarás que no tiene mucho sentido lo que acabo de decir. Pero te lo voy a explicar.
Al final del día he repasado el número de veces que he dado las gracias y, lamentablemente no han sido todas las que deberían ser. Por eso pensé: ¿cómo puede ser?
Veamos:
Me desperté muy (pero cuando digo muy, es suuuuuuper muy) temprano y realmente no es que me despertara yo sola o… el despertador del smartphone, no! Me despertó Nala a base de «besitos cockiles» (ya les explicaré este detalle mejor en otra entrada :P) y aunque le eché un poco la bronca por saltar a la cama y volverse un poco loca despertándome, gracias a ella pude llegar a tiempo al trabajo.
Y… ¿le di las gracias? No :(. En su defecto le dije: «Contra Nala, siempre desesperada por zampar». :»)
Luego, cuando iba al trabajo, un coche medio se despistó por la autopista y casi me da (creo que realmente no me vio) y bufff por poco no tenemos un accidente! pero ojo que el sustito si que me lo llevé.
Y… ¿di las gracias (en general, a la vida) por no haber tenido un accidente. No :(. En su defecto pensé: «Este señor está fatal!».
Al mediodía, me llamaron para cambiarme una cita con el médico y si… también me olvidé de darle las gracias. Estaba tan concentrada tomando notas, que fue como… «Si…, ok, vale… entiendo, ¿a qué hora?, ¿podrías repetirme dónde era? Ok». ¿Cómo que «Ok»? ¿Hola? Te faltó decir: ¡muchas gracias!
Pero el gracias al que me refiero no es el gracias de cortesía, no es el «ok» para finalizar la conversación (como en el caso anterior), es un gracias consciente. Gracias porque otras personas y/o Nala (en el caso que nos ocupa) o la vida misma están dirigiendo su energía hacia nosotros y cuando la respuesta a esa energía es un «Gracias», es que es energía positiva.
Gracias infinitas consciente
Pues con esta pequeña reflexión (un poco loca si, lo sé) y en un pequeño instante al final del día, cogí mi bloc y unos rotuladores y decidí dar un «Gracias infinitas» consciente. Primero a la vida, en general. Luego a las personas que me rodean y dedican un poco de su tiempo en compartir momentos, curiosidades, conversaciones… conmigo y, por supuesto, a quienes me dan los «besos cockiles» que, en ocasiones no me los da Nala, pero no me quedo sin ellos (ya les contaré) ;P.
Y ahora vamos con la pequeña lámina de la foto:
Generalmente para láminas sencillas, hago un pequeño boceto de la frase a crear, con un lápiz blando y sin apretar demasiado.
- Gracias. Está escrita con rotulador para hacer brush lettering, parándonos con tranquilidad en cada una de las letras, para que todo tenga armonía y luego tienen las rayas en azul oscuro le dan cierto grosor.
- Infinitas. Está a medio camino entre lettering y falsa caligrafía. Realmente aquí no te paras tanto en cada trazo como en la palabra anterior, sino que la dibujas más seguida. Pero luego tiene esos pequeños detalles que rellenan las letras, que da cierta apariencia de lettering.
Los materiales utilizados los puedes consultar en la leyenda de la foto anterior.
¡Gracias! (consciente)